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Este año tuvimos el placer de compartir la mesa y celebración con un invitado especial, Andrés Díaz de Rábago, que cumplía 100 años de vida. Efemérides vivida con alegría por todos porque tuvimos con nosotros a un viejo en edad pero joven de cuerpo y espírtu. Nunca mejor dicho “mens sana in corpore cano”.
Andrés, que además es Socio de Honor de la Casa de España en Taiwán, es sacerdote jesuita que ha pasado la mayor parte de su vida trabajando en Asia. Al poco tiempo de terminar la Guerra Civil española y ya con un doctorado en Medicina, entró en la Compañía de Jesús y muy pronto fue enviado a la misión jesuita de China. Estudió chino en Peking, y luego pasó a Shanghai para seguir sus estudios y preparación para el sacedocio. Poco tiempo pudo estar en China, porque con la subida al poder de Mao Tsetung, China expulsó a todos los misioneros extranjeros. Andrés pasó a Filipinas, donde se ordenó de sacerdote y obtuvo un doctorado en Teología. Como hablante nativo del gallego-portugués los superiores le enviaron a Timor, donde fue superior del Seminario y profesor varios años, hasta que fue destinado a Taiwán donde ha vivido hasta hoy. En Taiwán ha sido profesor de Ética médica y Latín en la Universidad Nacional Taiwán. También se ha dedicado a la pastoral con universitarios, pero sobre todo, ha dedicado la mayor parte de su vocación de médico y sacerdote al cuidado y atención de los ancianos y enfermos jesuitas que han vivido y trabajado en Taiwán estos años.
En la comida recibió una placa con esta inscripción: “La Casa de España en Taiwán felicita a Andrés Díaz de Rábago, S. J. en su 100 cumpleaños. Ad multos annos. Comida de Navidad, Restaurante Hola, Kaohsiung, diciembre de 2016”
En la comida también tuvimos el gusto de contar con la presencia del nuevo director de la Cámara de Comercio de España en Taiwán, Sr. D. José Luis Echániz, a quien agradecemos su interés por conocer a los miembros de la Casa de España que asistieron a la comida. También nos honró con su asistencia el vicecanciller del Consulado español, destinado en Taipei, Iñaki Torrecilla, que lleva los asuntos de la colonia española en Taiwán, a quien agradecemos su presencia e interés por los españoles que vivimos en la isla.
Aunque el ir hasta Kaohsiung supone una cierta dificultad, sobre todo para los que viven en la zona de Taipei, la asistencia, la animación y el humor no dejaron nada que desear de nuestras clásicas comidas y celebraciones.
Como de costumbre la mano y el arte de Ángel Martos apareció con todo su gusto español, y nos dejó con ganas de probar todos los otros platos que había en el menú pero que sacrificamos en aras del que nos pareció el más sabroso. Y todo regado con el buen vino leridano Vilosell recomendado por Joan Camps.
Suele haber en estas comidas de Navidad una rifa de una rica y abundante Cesta de Navidad. Pero este año se repartió en varios lotes para hacer más ilusión a los que resultaron agraciados con algún número mágico.
Esperamos que el Nuevo Año 2017 nos traiga buena salud y éxitos, y que nos veamos de nuevo para celebrarlo en nombre de la Casa de España.