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- Escrito por Joan Camps Joan Camps
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El pasado 14 de Noviembre se celebró una nueva cena de la Peña Atlética Formosa, la segunda del año 2015. Como siempre la cena tuvo lugar en la sede oficial, el restaurante español Hola, en Kaohsiung. En esta ocasión hubo una participación tremenda, pues se apuntaron 41 personas. Se podría decir que la cosa fue seria.
Los de la Peña acudimos todos, como en cada evento. Don José Campos, el presidente de la Peña, saludó a todos los asistentes con unas breves palabras introductorias al acto. Destacó la presencia del vicepresidente Juan Pablo y su futura esposa, Heather; a quienes se les deseó lo mejor en su nueva etapa de esta vida. Por su parte, nuestro tesorero el Padre Prudencio, que según me dijo a mi, ya en petit comité, se había preparado un discurso muy bonito para la ocasión, trilingüe; se despistó y se quedó sin darlo. Es decir, como al Real Madrid en el clásico, le pasó el balón por delante. También asistieron, Txema y Popi, que repartieron mucho juego por ambas bandas, lo cual permitió a los nostálgicos recordar los tiempos de Luis Aragonés y de José Armando Ufarte.
El éxito de tal número de asistentes se dio por dos motivos claros, porque acudieron muchos trabajadores del proyecto del tranvía de Kaohsiung que está haciendo CAF, y, numerosos miembros de la gran escuela de idiomas de Txema, EUROPE CENTRE, que está triunfando en Kaohsiung. Jóvenes y niños que estudian español con Txema. Y que quisieron practicarlo en la cena atlética. Algo que igual se pone de moda.
Como siempre la comida fue de primera. En mi caso comí un pescado rebozado que se parece mucho a la merluza. En Taiwán siempre estamos comiendo pescados que creemos se parecen a los que conocemos, algo que despierta la fantasía, y la metáfora futbolística. Sería como enviar balones a la red. Muy a lo José Eulogio Gárate o a lo Antoine Griezmann Si bien, la mayoría de la gente escogió entrecot, una especialidad del restaurante Hola que ya tiene su fama. Una realidad más cercana a meter esféricos a la olla, como lo hacía Milinko Pantic, o ahora Koke. En el apartado de caldos, se bebió buen vino, Beronia, de la Rioja, con moderación, al estilo de Donato.
Después de esta agradable cena nos dirigimos al bar Nine, donde Ander Montes, uno de los encargados del tranvía de CAF, nos dio una sesión magistral de DJ, con un repertorio de Rock, Blues y Soul desde los años 70 hasta hoy, toda una clase musical en un agradable bar y con buena compañía. Sobre todo se vibró cuando hizo sonar el emotivo himno del Atleti que se coreó como no podía ser menos.
Nos quedamos todos muy a gusto, con ganas de que llegue la próxima cena, ya, suponemos, el año próximo, después de que sólo algunos entrenadores -y no es ironía- coman el turrón.
Por cierto, ¡Viva el Atlético!